Servicio informativo núm. 560
Dos crónicas de La Lámpara de Diógenes
I. “... Si se entiende, ¿verdad?”
II. “Aquí nos vamos a volver a reunir”
-----------------------
“... SI SE ENTIENDE ¿VERDAD?”
(Crónica de La Lámpara de Diógenes sobre la jornada de lucha del Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo del 23 de octubre de 2008)
NOTA: Se recomienda ampliamente visitar el blog de La Lámpara de Diógenes (http://lamparadediogenes.blogspot.com) para conocer las fotografías que ilustran estas crónicas y percibir el ambiente y combatividad de los actos reseñados.
Eran las seis de la mañana, el Hemiciclo a Juárez parecía un solitario y gran témpano de hielo. A esa hora soplaba un viento frío que se clavaba como agujitas en cara y manos. Un hombre llegó y se instaló en el centro del monumento y esperó. Quince minutos después llegaba la primera brigada, que se desplazó el miércoles pasado desde lo que ellos llaman ahora “Yunqueland”, o sea, León, Guanajuato, a la Ciudad de México. “Puro panista hay allá”, me dice Yazmín, una de sus más aguerridas integrantes. El tiempo pasó y la hora acordada para la cita llegó; eran las 7 de la mañana y de las casi doce mil personas que votaron a favor de la movilización, ahí mismo apenas unas horas antes, sólo se presentaron poco más de cuatro mil. Andrés Manuel López Obrador llegó a las siete con treinta y cinco minutos y no se dirigió a los presentes.
Claudia Sheinbaum tomó el micrófono para decir: “Pues vámonos, que las brigadas vayan a los puntos donde se ubicaron hace seis meses” y preguntó: “¿se acuerdan dónde era?” Algunos dijeron sí, otros ni contestaron porque no sabían. Y así en medio de una espectacular desorganización, los ciudadanos, con el firme compromiso adquirido una noche antes, encaminaron sus pasos para cercar el Senado de la República.
Una vez ubicados en los puntos estratégicos, López Obrador se instaló lo más cerca a la vieja casona de Xicoténcatl a esperar que le otorgaran audiencia. Eso nunca sucedió.
Poco a poco, las columnas de ciudadanos en resistencia civil pacífica comenzaron a engrosarse porque más de sus integrantes llegaron en el transcurso del día. El frío matutino se había disipado y el sol calentaba rápidamente el ambiente, por lo que las chamarras, suéteres y bufandas eran reemplazados por sombreros, cachuchas y sombrillas.
Andrés Manuel seguía rodeado de docenas de reporteros y camarógrafos de todos los medios de comunicación; hasta las “estrellitas marineras” del periódico La Jornada se encontraban ahí, como el omnipresente Jaime Avilés y el muy bien peinado Julio Hernández López.
De repente, una pequeña columna de mujeres brigadistas salió hacia la Torre del Caballito, donde se ubican las oficinas del Senado, para apoyar a la también reducida brigada comandada por Claudia Sheinbaum, la misma que fue golpeada y removida en abril pasado para que senadores del PRI y PAN pudieran acceder a la sede alterna. En esta ocasión sucedió lo mismo. Después de que un par de camiones de lujo cargado de senadores y escoltados por diez “pick ups” llenas de Policía Federal Preventiva (PFP) estuvieron dando vueltas por las inmediaciones del Senado sin lograr entrar debido al fuerte cerco ciudadano apostado en las bocacalles principales que rodean el callejón de Xicoténcatl, los escoltados senadores se dirigieron a la Torre Caballito que se encontraba resguardada por miles de elementos de la PFP y por el mismo secretario de Seguridad Pública Federal, Genaro García Luna, que con su fuerza, toletes y escudos lograron remover en un santiamén a las pocas personas que se encontraban bloqueando los accesos de entrada, y así fue como legisladores del PRI y PAN lograron introducirse a sesionar.
Eran cerca de las 12 del día cuando se tomó la decisión de marchar hacia las oficinas ubicadas en Reforma número 10. A esa hora, la gran columna de más de diez mil personas encabezadas por el presidente legítimo se dirigió hacia allá.
La sesión había dado inicio y una vez arribadas todas las brigadas sólo le quedaba esperar. De un camión sacaron unas enormes bocinas donde se escuchaba la votación de los senadores y miles se reunieron alrededor del camión a escuchar; otros pocos prefirieron escuchar a la Jarana que Jesusa Rodríguez había subido al templete móvil para “entretener” a los menos.
Eran momentos decisivos; los siete dictámenes que integran la reforma energética fueron aprobados en lo general y en lo particular con el voto en contra de sólo cuatro senadores perredistas: Ricardo Monreal, Yeidckol Polevnsky, Salomón Jara y Rosalinda López, y dos del PT: Rosario Ibarra y Francisco Javier Obregón. Los demás, incluidos Dante Delgado y Pablo Gómez, quien días antes en asamblea dijo: “Nosotros no nos representamos a nosotros mismos, los representamos a ustedes, el pueblo de México”, no estuvieron a la altura y se comportaron como cualquier político que defiende sólo los intereses de su partido. Inmediatamente unas personas improvisaron dos pancartas; en una se leía: “Pablo Gómez, NI (Nueva Izquierda) y ADN (Asamblea Democrática Nacional) son traidores” y en la otra simplemente decía: “Pablo Gómez, chingas a tu madre”. Sólo en dos de los dictámenes que se refieren a la ley reglamentaria del 27 constitucional y a la nueva ley de Pemex Dante Delgado, Gabino Cué y Luis Maldonado, de Convergencia, votaron en contra.
En una sesión inédita, por celebrarse fuera de la ley y con la presencia de cientos de elementos de la PFP en el interior del recinto alterno, en menos de cuatro horas se aprobaron, con dispensa de trámites y lo más rápido posible, la reforma de Pemex. La frustración llegó cuando se consumó la traición; la rendija para la privatización quedó abierta porque no se permitió, aun con la “insistencia” de algunos perredistas, que se estableciera con precisión y claridad estas “doce” (más bien dieciocho) palabritas: “No se suscribirán contratos de exploración o producción que contemplen el otorgamiento de bloques o de áreas exclusivas”, lo que la mayoría rechazó, al igual que la propuesta de eliminar los llamados bonos ciudadanos.
Las calles fueron tomadas por la gente sin fuero, pero así no lo fue la tribuna porque, dicen, la PFP amenazaba con pegarles a los senadores que lo intentaran. Los valerosos ciudadanos golpeados en su dignidad permanecieron inamovibles y una vez terminada la sesión los legisladores salieron y bajaron a la calle donde miles les abucheaban y les gritaban traidores.
Cerca de las 4 de la tarde, Andrés Manuel López Obrador subió al templete y en un improvisado discurso agradeció la presencia de todos los que ahí se encontraban, recordando que la decisión ayer tomada fue sabia, y dijo que se obtuvo un triunfo al poner al descubierto la “trampa para entregar parte de nuestro territorio, aguas y tierras a empresas extranjeras que se encargan de la exploración y explotación del petróleo”, refiriéndose a la negativa de los legistas de parlamentar los dictámenes en cuestión. Por eso, sostuvo, “Vamos hacia adelante. Es muy importante lo que se ganó hoy, es un verdadero triunfo”. Convocó a los integrantes de la resistencia civil pacífica, citándolos nuevamente este domingo a las 11 de la mañana en el Monumento a la Revolución.
-----------------
“AQUÍ NOS VAMOS A VOLVER A REUNIR”
(Crónica de La Lámpara de Diógenes sobre la jornada de lucha del Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo del 22 de octubre de 2008)
La histórica jornada del día de hoy será difícil de olvidar. A las 5 de la tarde, como ya se había acordado, el Hemiciclo a Juárez se encontraba abarrotado; todas las brigadas estaban reunidas en círculos de estudio y le daban el último repaso a los dictámenes de las Comisiones Unidas de Energía y de Estudios Legislativos.
Poco después, el embajador Jorge Eduardo Navarrete, del grupo de expertos e intelectuales, explicó a la asamblea el peligro inminente de la privatización e invitó a todos a estar alertas y en pie de lucha. Mencionó que el Consejo en Defensa del Petróleo identificó los puntos más peligrosos de las iniciativas como “las 13 líneas rojas” y de acuerdo con su análisis se pudieron evitar por completo ocho, tres más pudieron sortearse para lograr que Pemex se fortalezca, pero no fue posible que se borraran dos de estas “líneas rojas”, por lo que consideró indispensable insistir en el debate.
José Felipe Ocampo Torrea, ingeniero químico, perito en petróleo y petroquímica, jubilado de Pemex e integrante del Grupo de Ingenieros Pemex Constitución 1917, tomó el micrófono y consideró que estos momentos son el fin de una etapa pero no de la lucha, y se congratuló de que al menos se logró rectificar el rumbo con el anuncio del gobierno espurio para construir una refinería.
En su intervención, Pablo Gómez intentó explicar cómo se fue dando la lucha parlamentaria en el Senado, contó los logros y cómo se rechazaron los planteamientos privatizadores expuestos de forma abierta o disfrazada. También informó que el Congreso autorizó la liberación de fondos para la construcción de una nueva refinería a lo que puntualizó: “Aunque nosotros pensamos que deberían ser dos refinerías”, lo que la gente rechazó y comenzó a corear: “¡tres!, ¡tres!, ¡tres!”. También alertó que la amenaza que se cierne sobre la industria petrolera es que el gobierno espurio intente licitar bloques, áreas completas, para realizar trabajos de exploración y producción de hidrocarburos, condenando a Pemex a seguir siendo una entidad contratante y no ejecutante de sus propios proyectos.
Después, una lamentable noticia provocó un minuto de silencio. Andrés Manuel López Obrador anunció que el día de hoy a las 3 de la tarde, Gustavo Iruegas había fallecido y tras la noticia, se escuchó una sentida exclamación de todos los presentes y se honró la memoria del distinguido diplomático y secretario de Relaciones Internacionales del gobierno legítimo.
La Asamblea continuó y López Obrador manifestó el compromiso sincero de respetar la decisión que ahí se tomara después de la consulta y que actuaría en función de lo que la gente quisiera. Al terminar su discurso, inmediatamente comenzó la votación; por toda la Avenida Juárez se colocaron mesas y urnas donde la gente en desbandada se arremolinaba; cada uno tomaba una boleta; todo el mundo leía detenidamente las dos preguntas, tachaba la de su parecer, la depositaba en la urna y su dedo pulgar era marcado con tinta indeleble; el resto sólo era esperar a que cerca de 18 mil personas realizaran su sufragio.
Un verdadero ejercicio democrático se estaba llevando a cabo y todos éramos testigos. “Este voto si va a contar”, decía sonriente Jaqueline, una joven mujer con su bebé y su marido, “por eso votamos por la opción dos ¿verdad?”, dirigiéndose a su pareja. “Nosotros no nos confiamos y queremos que se incluyan todas las demandas, mejor de una vez, cual es su prisa”, decía mientras como malabarista detenía al hijo con un brazo y con el otro sacaba la mamila y el pañal de su bolsa; el esposo sólo miraba. El rato pasó relativamente rápido, pues la organización fue impresionante por lo eficaz y certera.
Al fin, después de un par de horas, Octavio Romero, secretario para la Honestidad y Austeridad Republicana del gobierno legítimo, informó sobre los resultados de la consulta: “Se instalaron 111 casillas. Con el resultado de 107, éstos son los números: votaron 17 mil 337 compañeros y compañeras. Por la opción número uno, que dice: ‘Aceptar lo hasta ahora logrado, vigilar que se cumplan los compromisos y seguir luchando para evitar cualquier retroceso que signifique violar la Constitución, privatizar o que continúe la corrupción en PEMEX’, votaron 4 mil 713 compañeros, que es el equivalente a 27.2 por ciento. Por la opción número dos, que dice: ‘Iniciar desde mañana mismo, antes de la aprobación de las reformas en materia de petróleo en el Senado, las acciones de resistencia civil pacífica hasta lograr que se incluyan las demandas pendientes’, votaron 11 mil 999 compañeros, que equivale a 69.2 por ciento. Hubo 625 votos nulos, que equivalen al 3.6 por ciento”.
La euforia explotó con gritos de: “Obrador, Obrador”, mientras otros de plano no cabían del asombro. Entonces el presidente legítimo lanzó el llamado: “Nosotros ya desde mañana vamos a reunirnos aquí, para ir hacia el Senado y no permitir que se apruebe ninguna reforma”, y preguntó: “¿Vamos a estar aquí mañana, desde las siete?”, a lo que todos en coro contestaron: “Sí!”.
Rápido se diluyó el largo mitin de más de cuatro horas, todos corrían por lo tarde de la hora, ya que al día siguiente se tiene que madrugar para estar presentes bajo la mirada de Benito Juárez.
------------------------------
EL USO DE ESTE SERVICIO DE NOTICIAS ES ABSOLUTAMENTE GRATUITO Y AMPLIAMENTE PERMITIDO. PEDIMOS SOLAMENTE QUE EN TODOS LOS CASOS SE CITE A Servicio de Noticias ISA COMO LA FUENTE INFORMATIVA ORIGINAL Y NOS REPORTEN A NUESTROS CORREOS ELECTRÓNICOS SU UTILIZACIÓN A FIN DE PODER EVALUAR EL ALCANCE DE ESTE ESFUERZO INFORMATIVO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario