martes, 10 de marzo de 2009

Termina López Obrador el recorrido por los 2,038 municipios del régimen de partido

Ciudad de México, 10 de marzo de 2009

Servicio informativo núm. 650



Sumario:


I. Termina López Obrador el recorrido por los 2,038 municipios del régimen de partido


II. Piensa mal y acertarás, por Mario Di Costanzo Armenta


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TERMINA LÓPEZ OBRADOR EL RECORRIDO POR LOS 2 MIL 38 MUNICIPIOS DEL RÉGIMEN DE PARTIDO


Desde Tamazula, Durango, municipio donde nació el primer presidente de México, Guadalupe Victoria, Andrés Manuel López Obrador anunció este lunes que cumplió la meta de recorrer los dos mil 38 municipios correspondientes al régimen de partido, en poco más de 26 meses, con el propósito de informar sobre la necesidad de transformar al país y la forma de hacer política, así como formar una red de representantes del gobierno legítimo de México.


Como ocurrió en los dos mil 37 municipios que visitó a partir del 4 de enero de 2007, este día no fue la excepción. El presidente legítimo de México encabezó la última asamblea informativa en la plaza principal de Tamazula. Acompañado por habitantes de este sitio histórico, dijo sentirse contento y satisfecho por realizar “un acto simbólico”, que representó el término de una gira por la geografía nacional.


“Escogimos terminar aquí, en Tamazula, porque nuestra lucha se inscribe en el proceso histórico de México y nosotros nos inspiramos en lo mejor de la historia, como lo son las tres transformaciones del país: La Independencia, la Reforma y la Revolución Mexicana”, explicó.


A partir de enero de 2007, inició el proceso hacia una cuarta República, la cuarta transformación de la vida pública de México, que será de forma pacífica, sin violencia, a través de una revolución de las conciencias y de un cambio de mentalidad, “que ya empezó en todo el país”, señaló.


El discurso duró poco más de 45 minutos. A pleno rayo del sol, López Obrador destacó la necesidad de concretar un cambio en México, para que la Patria sea para todos, “porque no aceptamos que el país sea para unos cuantos”.


Acompañado por representantes municipales del Partido del Trabajo, denunció que los barones del dinero, la banda de los 30, no quieren un cambio de la política económica neoliberal de pillaje, porque perderían privilegios.


“Actualmente —declaró—, los mexicanos vivimos en una especie de neoporfiriato, con la única diferencia de que en el periodo de Porfirio Díaz la nación estaba en manos de 300 personas y ahora el número se reduce a un grupo de 30, a una minoría rapaz.


Al insistir en que se necesita un cambio en materia económica, política y social, informó que la crisis se agudizará con la devaluación de 50 por ciento de la moneda nacional, un decrecimiento económico, una ascendente pérdida de empleos y una mortandad de pequeñas y medianas empresas.


La última asamblea informativa se caracterizó porque en la explanada municipal se rindieron honores a la Bandera, luego hubo una visita guiada a la casa-museo de Guadalupe Victoria y se montó una guardia de honor al pie del monumento erigido en memoria del primer presidente de nuestro país.


En un ambiente de algarabía, los habitantes de Tamazula escucharon atentos el discurso del presidente legítimo y batieron las palmas cuando el visitante distinguido llamó chachalaca ladrona al ex presidente Vicente Fox, y aclaró a los estudiantes de la secundaria número 31 que asistieron a la asamblea informativa que una chachalaca es un ave que emite permanente ruidos sin sentido.


Previamente, el primer cronista del municipio, Javier Higuera, se encargó de dar la bienvenida a López Obrador. Con voz engolada, le expresó: “Que tenga una feliz estancia en la tierra que vio nacer a don Guadalupe Victoria”.

Un día antes, en su penúltima jornada por la geografía nacional, desde la Sierra Alta de Chihuahua, Andrés Manuel López Obrador afirmó que México no tiene un gobierno emanado del pueblo y para el pueblo, porque desde hace dos años —cuando Felipe Calderón se robó la Presidencia de la República— se convirtió en un comité al servicio de la mafia de la política, de una minoría rapaz.


Destacó que la mafia de la política o la banda de los 30 se apoderó de los bienes de la nación, principalmente de empresas como Teléfonos de México, los ferrocarriles, las minas, los bancos y las líneas aéreas.


“Pero lo que más ambicionan los barones del dinero es el petróleo, como lo demuestra la intentona del año pasado de Calderón Hinojosa para reformar las leyes con la deliberada intención de entregar el sector a empresas extranjeras. Para bien de la nación, se logró frenar un acto de traición a la Patria, porque los mexicanos decidimos proteger los bienes de la Nación y del pueblo. La patria no se vende, se ama y se defiende”, declaró.


En la asamblea informativa con habitantes de Temoris, indicó que los barones del dinero tienen acaparado el presupuesto público, de aproximadamente 3 billones de pesos para este año, y lo utilizan para apoyar y rescatar a banqueros y grandes empresarios.


De ahí la necesidad de avanzar hacia la transformación del país, “porque no queremos que México sea país de unos cuantos”, urgió.


Si los 3 billones de pesos del presupuesto público se repartieran con justicia entre las 26 millones de familias mexicanas, a cada una le correspondería un promedio de 10 mil pesos mensuales, abundó.


En la jornada de este día, subrayó que aumentaron los niveles de pobreza, desempleo y carestía de la vida, desde que Calderón usurpó la Presidencia de la República; es decir, “en vez de que se registre un crecimiento económico, estamos en pleno retroceso”, alertó.


“La grave crisis económica y de bienestar social que padece el país no es por el destino ni por la fatalidad, tampoco porque así nos tocara vivir, sino por el mal gobierno de Calderón”, enfatizó.


Durante el penúltimo día de gira de trabajo por los 2 mil 38 municipios del país que corresponden al régimen de partidos, el dirigente de la izquierda mexicana sostuvo que no es posible que México esté pasando por una etapa de decadencia, si cuenta con suficientes recursos naturales como oro, plata, cobre, petróleo, gas, tierra para la producción agrícola, litorales y un pueblo trabajador.


Y recordó que, a partir del fraude electoral del 2006, tomó la decisión de encabezar un movimiento que lucha por un cambio real de México y sus instituciones y para hacer realidad el principio de “arriba los pobres y abajo los privilegios”.


Desde esa fecha, recordó López Obrador, y del inicio de los recorridos por la geografía nacional, un importante número de hombres y mujeres, libres y conscientes, “se nos han unido para sacar adelante al país del atraso en que se encuentra y sacar a nuestro pueblo del abandono, la pobreza y la marginación en que vive”.


En ese tenor, pidió seguir adelante al pueblo de Chihuahua. “No debemos rendirnos, cansarnos o hacernos a un lado; por el contrario, debemos luchar hasta que cambie la forma de hacer política y el modelo económico neoliberal que tanto daño ha hecho al país”, explicó.


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PIENSA MAL Y ACERTARÁS

por Mario Di Costanzo Armenta, secretario de la Hacienda Pública del gobierno legítimo de México

(publicado en La Jornada el 8 de marzo de 2009)


Durante los últimos días mucho se ha comentado sobre la situación que existe en torno del tipo de cambio en nuestra economía: por un lado, Agustín Carstens ha señalado que el peso mexicano está subvaluado debido a que los fundamentales de la economía están sanos, mientras que, por el otro, no falta quien señala –es el caso de algunos representantes de casas de bolsa y casas de cambio– que en nuestro país ya se da el fenómeno de la fuga de capitales y de los ya famosos sacadólares.


De esta manera, más allá de entrar en un debate sobre lo que Agustín Carstens entiende por fundamentales o por sanos, el hecho es que si tomamos como referencia los 10 pesos por dólar que fue el precio al que el 25 de julio del año pasado la Secretaría de Hacienda compró 8 mil millones de dólares de reservas internacionales al Banco de México, podemos darnos cuenta que la devaluación de nuestra moneda ha sido, a la fecha, de 50 por ciento.

Así, esta situación es una evidencia clara de que algo grave sucede en las entrañas financieras del país, por lo que, para tratar de entender lo anterior y ante la persistente negativa del Banco de México y de Hacienda de informar sobre quién o quiénes están necesitando tantos dólares, valdría la pena tener algunos malos pensamientos.


Hay que recordar que en octubre pasado, cuando el tipo de cambio se movió abruptamente a 13.50 pesos, la situación se atribuyó a un grupo de empresas que utilizaron un mecanismo de cobertura cambiaria (especulación), conocido como operaciones de derivados o instrumentos derivados y originaron presiones sobre el tipo de cambio.


Ahí se supo que empresas como Comercial Mexicana, Autlán, Grupo Posadas, Gruma, Bachoco, Cemex, Vitro, Alfa o Grupo Industrial Saltillo habían perdido aproximadamente 2 mil 300 millones de dólares.


En aquella ocasión mucho se habló de que estas empresas iban a ser investigadas y castigadas por sus prácticas financieras. Sin embargo, el hecho parece que quedó en el olvido: las presiones sobre el tipo de cambio han continuado y para Carstens y su equipo la situación ha resultado sorprendente.


Tal parece que estos señores no se percatan de que en los últimos informes financieros de diversas instituciones bancarias se observa un incremento desproporcionado en el pasivo de sus balances, en el rubro denominado operaciones con instrumentos financieros derivados.


Así, por ejemplo, en el caso de BBVA-Bancomer entre 2007 y 2008 este saldo del pasivo se incrementó en 131 por ciento, al pasar de 63 mil 437 a 147 mil 209 millones de pesos; en el caso de Banamex, el crecimiento fue de 161 por ciento al pasar de 25 mil 312 a 66 mil 240 millones de pesos; y en el caso de Banorte, el crecimiento fue de 341 por ciento, al pasar de 2 mil 435 a 10 mil 746 millones de pesos.


Es decir, que si 2 mil 300 millones de dólares (la pérdida reportada por estas nueve empresas que jugaron con estos instrumentos derivados) provocaron una crisis sobre el tipo de cambio, ¿qué va a pasar si tan sólo estos tres bancos ya reportan casi 15 mil millones de dólares en pasivos de operaciones con instrumentos derivados?


La situación se torna más preocupante porque muchos presidentes o integrantes de los consejos de administración de las empresas que perdieron por especular, casualmente integran también los consejos de administración de los bancos señalados.


De esta manera, Lorenzo Zambrano, presidente de Cemex, es integrante del consejo de administración de Banamex y de Grupo Alfa; por su parte, Roberto Hernández pertenece a los consejos de administración de Banamex y de Gruma; y en el caso de Gastón Azcárraga, pertenece a los consejos de Grupo Posadas y de BBVA.


Por ello debemos preguntarnos si estos prominentes empresarios, que realizaron prácticas especulativas con el tipo de cambio a través de sus empresas y que al final perdieron, tuvieron a bien sugerir su brillante estrategia a las instituciones bancarias en las que prestan sus servicios como consejeros y entonces esas mismas instituciones presentan actualmente problemas o pérdidas con instrumentos financieros derivados, que superan por mucho a los 2 mil 300 millones de dólares que ellos perdieron.


O si bien fueron las instituciones bancarias las que trataron de especular con los instrumentos financieros derivados y estos señores, al ser consejeros de los bancos, llevaron estas prácticas a sus empresas.


Tal parece que, al final, lo importante no es saber qué fue primero si el huevo o la gallina, sino más bien que si pensamos mal, podemos acertar en saber quién o quiénes son los que están comprando dólares en el país.


Finalmente, también debemos preguntarnos dónde está la utilidad obtenida por el Banco de México y que es producto de la venta de aproximadamente 20 mil millones de dólares de reservas internacionales, a un promedio de 14 pesos por dólar.


Lo anterior cobra relevancia porque los dólares que ha subastado el Banco de México tuvieron su origen en los excedentes petroleros y todavía eran de los que se adquirían a 10 pesos por dólar, por lo que Guillermo Ortiz podría tener en la caja de la institución casi 80 mil millones de pesos… y no quisiera pensar en la tentación que eso representa en un año electoral.


Pero en fin: piensa mal y acertarás.


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El país desde abajo. Apuntes de mi gira por México (II), por Andrés Manuel López Obrador

Ciudad de México, 10 de marzo de 2009
Servicio informativo núm. 649


EL PAÍS DESDE ABAJO. APUNTES DE MI GIRA POR MÉXICO (II)
por Andrés Manuel López Obrador

(publicado en La Jornada el 10 de marzo de 2009)

En todo el país la gente del pueblo es buena y trabajadora. Los norteños son muy emprendedores. Por lo general, son serios, poco expresivos, pero muy respetuosos. En las asambleas escuchan atentamente, no aplauden con facilidad, actúan como ciudadanos en sentido clásico, son más razón que pasión. La gente más progresista del norte es la de Nayarit, Sinaloa, La Laguna, el sur de Sonora, Colima y las Baja Californias. También lo son quienes viven en las ciudades fronterizas, posiblemente por el fenómeno migratorio. En Michoacán, por su gran cultura purhépecha y por las enseñanzas de Morelos, Ocampo, Mújica y el general Lázaro Cárdenas, la gente es liberal y de vocación social bien arraigada. Jalisco, contra lo que se piensa, no es conservador, le ayuda la influencia de Michoacán, su población de origen indígena, el carácter abierto de los costeños, y el espíritu cosmopolita de Guadalajara.

En el centro del país predomina la influencia de la gran ciudad de México. Mucha gente de los estados más cercanos ha emigrado al Distrito Federal y mantiene comunicación con familiares que todavía viven en pueblos de San Luis Potosí, Querétaro, Hidalgo, estado de México, Guanajuato, Michoacán, Puebla, Tlaxcala, Morelos, Oaxaca y Veracruz. En toda esta región predominan las culturas indígenas, la población es trabajadora y generosa. Mención especial merecen los habitantes de la ciudad de México, los más progresistas del país, los más informados y politizados pero, sobre todo, los más solidarios. Mi admiración y respeto a los guerrerenses por su ejemplar vocación de lucha. Siempre han demostrado su amor por la libertad y la justicia. Los habitantes del sureste son festivos y están llenos de pasión. Alguien dijo que un tabasqueño vive en un día las pasiones, los amores, las desdichas y las alegrías, que le llevaría un año experimentar a otros seres humanos.

Un país abundante en pobreza

En México los más pobres son los indígenas de todas las regiones y etnias. Fue tan cruel la conquista y la colonia que, en pos de la libertad y de sus culturas, y para salvarse de la esclavitud y la encomienda, se fueron remontando a las partes más alejadas e inhóspitas del territorio. Es el caso de los huicholes, coras y tepehuanes de las sierras de Jalisco, Zacatecas, Durango y Nayarit; el de los tarahumaras de Chihuahua, de los yaquis de Sonora, el de los nahuas de las montañas de Puebla, o de los chontales de los pantanos de Tabasco. Como sabemos, todos los pueblos originarios estaban asentados en los mejores valles o en las franjas costeras y con la colonización se les despojó de sus tierras y se fueron a proteger a zonas inaccesibles, de refugio.

No sólo padecieron durante la colonia, sino después de la independencia y hasta el porfiriato en que eran acosados por enganchadores para ser convertidos en peones acasillados de las haciendas. Desde la conquista, la explotación del indígena siempre se ha querido justificar con una supuesta inferioridad racial. Este pensamiento, desgraciadamente, aún persiste. Con frecuencia se olvida que la pobreza no es producto ni de la raza, ni de la fatalidad, ni del destino, ni porque Dios quiere, sino de la injusticia y de la opresión.

La pobreza está por todas partes del país, aunque es más agobiante en las comunidades indígenas del sur y del sureste. Hay mucha pobreza en pueblos como San Juan Cancuc, Chalchihuitán y Chanal, en la zona de Los Altos en Chiapas; duele lo que sucede en muchos municipios y comunidades de Oaxaca; inclusive, en la región de la costa, donde habita población afromexicana que vive en el abandono.

Recuerdo que por un camino de terracerías, llegamos una tarde-noche a Tapextla, comunidad cercana a Cuajinicuilapa, en la zona limítrofe entre Oaxaca y la Costa Chica de Guerrero. Allí, a pesar de la marginación, conservan su cultura y sus bailes tradicionales, zapatean arriba de un tronco hueco de árbol de parota, llamado artesa. En todas las comunidades pobres de México, lo único que no les falta es la música; sea con violín como en Chiapas, o con bandas como en Oaxaca o en la Montaña de Guerrero. En mi visita a Cochoapa, Guerrero, municipio de nueva creación –que surgió al dividirse el territorio de Metlatónoc, considerado el más pobre del país–, me impactó tremendamente el silencio de la gente. Me recibieron con música de banda de acordes tristísimos. Allí me llené de sentimientos. Les dije despacio que nuestra lucha se resume en una frase: arriba los de abajo, arriba los pobres y abajo los privilegios.

También hay mucha pobreza en la sierra de Zongolica, Veracruz; en la sierra de Hidalgo y Puebla, y en las Huastecas; lo cierto es que la pobreza está extendida por todo el país.

La despoblación del campo

En los tiempos de la política neoliberal o de pillaje, el sur-sureste se ha vuelto como Centroamérica y el norte se ha empobrecido como era antes el sur-sureste. Durango es el estado con más pobreza en el norte. Recientemente estuve en Benjamín Hill, Sonora, que antes de la privatización de los ferrocarriles era una importante estación del tren; ahora es un pueblo desolado, con población desempleada, y esto se repite en muchos otros municipios de esa región. No olvidemos que en los últimos 26 años, el modelo económico impuesto ha consistido en la creación de islotes de progreso rodeados de pobreza.

La mayor parte del territorio nacional se despobló por el abandono al campo y la gente se ha ido a vivir y a buscarse la vida al extranjero, a ciudades fronterizas, a centros turísticos y a algunas ciudades del interior del país. De los 2 mil 38 municipios que visité, la mitad tiene ahora menos población que en 1980.

Por el fenómeno migratorio hay pueblos abandonados o donde sólo viven ancianos, mujeres y niños, porque los jóvenes han salido a buscar oportunidades a otras partes o del otro lado de la frontera. Este éxodo ha servido como válvula para aminorar la presión y evitar un estallido social. Imaginemos lo que hubiese pasado si durante este largo periodo de estancamiento económico y desempleo no hubiesen ido a buscarse la vida a Estados Unidos 8 millones de mexicanos. Ha sido doloroso e infame este exilio forzado por la necesidad de muchos compatriotas, pero al mismo tiempo, ha sido un factor de estabilidad política y social. Además, ha permitido que ingresen remesas anuales por más de 20 mil millones de dólares, en beneficio de las familias de nuestros paisanos y de la economía de los pueblos en muchas regiones. Gracias a la migración, en zonas tradicionalmente pobres de México, como el Valle del Mezquital en Hidalgo o la Mixteca poblana, oaxaqueña y guerrerense, se ven mejoras importantes en las viviendas que ningún programa gubernamental ha propiciado.

Los que no han emigrado viven con muchas carencias, hay hambre y desnutrición; los trabajadores deben resignarse con salarios que apenas les permiten sobrevivir; la gente no tiene siquiera para lo más elemental: para el pasaje, la compra de medicamentos, para el gas, la luz, o para vestir y calzar a los hijos; hay muchos enfermos y discapacitados sin ninguna atención. El llamado Seguro Popular es pura demagogia; faltan médicos y en los centros de salud sólo entregan recetas, porque se carece de medicamentos.

En municipios de la Mixteca de Puebla, limítrofe con el estado de Guerrero, concretamente en Ahuatlán e Ixcamilpa, me pidieron con desesperación que denunciara que los centros de salud no tienen suero contra picaduras de alacrán, que es lo más urgente. En materia educativa el atraso es notorio, en las comunidades más apartadas sólo hay clases de martes a jueves. Muchas veces, un maestro debe atender a los alumnos de varios grados. Los profesores están mal pagados y para obtener una plaza necesitan comprarla en 150 mil pesos.

También debo decir que en ciertas partes del país ha habido crecimiento económico, pero esto no ha significado mayor bienestar para su población. Por ejemplo, en las ciudades fronterizas hay empleo en las maquiladoras pero muy mal pagado. Una mujer que trabaja recibe 500 pesos a la semana y, por lo general, sólo en transporte y en celular se gasta la mitad. Y vive en colonias donde no hay pavimento, escasea el agua, no cuentan con guarderías, la gente habita en viviendas precarias y ha crecido la desintegración familiar y la pérdida de valores comunitarios.

La virtud de los indígenas

De estas colonias son algunos jóvenes que por problemas familiares, el mal trato y ante la falta de oportunidades de trabajo bien remunerado y de estudios, han tomado el camino de las conductas antisociales. Pero no olvidemos que la pobreza en las comunidades indígenas se enfrenta en una atmósfera colectiva de auténtica solidaridad; algo distinto al individualismo que se ha venido entronizando en las zonas urbanas pobres.

Cuando fui jefe de gobierno en la ciudad de México, comprobé que la mayor incidencia delictiva provenía de barrios y colonias con más descomposición social y era menor la delincuencia en el sur de la ciudad, en delegaciones como Tlalpan, Tláhuac, Xochimilco y Milpa Alta, donde se tienen arraigados valores colectivos y vínculos comunitarios. De modo que mejores oportunidades de trabajo y de estudios, impiden el desbordamiento de la violencia, pero también a mayor cultura y valores comunitarios, menor delincuencia.

Al recorrer el país he vuelto a comprobar que la comida tradicional del pueblo de México es variada, sana y nutritiva. La comida, como el habla de la gente, obedece a la cultura de cada región. Entre más predominio indígena existe, es mayor la variedad de condimentos y guisos. El México del norte es más carnívoro, el del centro y del sur, con más presencia indígena, es más vegetariano; la costumbre de comer pescado está en todas partes, no sólo en las costas, también en las zonas centrales. Me llevaría mucho espacio abordar la diversidad de la comida mexicana, que va desde la carne seca de Chihuahua, pasando por el huauzontle de Tlaxcala hasta el caldo de cuatete y mariscos de la Costa de Guerrero, al que llaman rompecatres.

La comida es deliciosa, qué duda cabe, el problema es que la gente no tiene para comprar lo que necesita. Con un salario mínimo en 1982 se podían adquirir 56 kilos de tortilla; hoy apenas alcanza para 5. La falta de dinero limita la ingesta de proteínas, las porciones no son suficientes y se compra la carne más barata y con menos nutrientes.

Además, se han venido introduciendo malos hábitos alimenticios. Es ilógico que se consuma tanta coca-cola o su equivalente, habiendo, sobre todo en el medio rural, la posibilidad de tomar agua de fruta de temporada, más barata y nutritiva. La coca-cola cuesta tres veces más que el agua de fruta. Hay quienes justifican este hábito diciendo que estos productos embotellados aportan calorías, aunque en caso de ser cierto, esta misma energía se podría obtener de bebidas tradicionales como el pozol y el tascalate, elaborados de maíz con cacao, o el chilate, de arroz y cacao.

Falta orientación nutricional

Creo que este consumo de refresco, calculado en un millón de litros diarios, se debe fundamentalmente a la publicidad y ha llegado a ser, en ciertas regiones, algo que da estatus. Me parece injustificado que en las comunidades más pobres de Chiapas, se consuman más bebidas industrializadas por persona, en comparación con el resto del país. En casi todas las regiones indígenas de México es lo mismo, pero lo que he visto en Los Altos de Chiapas es sorprendente; si acaso algo consuela es que en vez de cervecerías hay refresquerías.

Lo mismo puede decirse de otros productos chatarra, como el jamón, las hamburguesas, las papas fritas, los gansitos y el pan industrializado, que no alimentan y son muy caros. Por eso considero fundamental un plan de orientación nutricional, utilizando los mismos tiempos y espacios en medios de comunicación que emplean las grandes empresas para promover el consumo de sus productos.

Con este propósito también debe informarse sobre el contenido de elementos químicos en los alimentos: es escalofriante saber que para la engorda de ganado se usa de manera generalizada clembusterol, así como otras hormonas y sustancias químicas nocivas se utilizan en la producción de cerdos, pollos y huevos, todo lo cual daña la salud y provoca enfermedades. Tenemos que volver a lo natural. Regresar a la alimentación sin productos químicos no es cosa sencilla, pero es inaceptable que donde se puede no se haga por falta de información y de orientación nutricional.

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