"Que las comunidades participen en la defensa del patrimonio cultural": Inti Muñoz

Ciudad de México, 17 de agosto de 2007
Servicio informativo núm. 168

“QUE LAS COMUNIDADES PARTICIPEN EN LA DEFENSA DEL PATRIMONIO CULTURAL”: INTI MUÑOZ

En estos tiempos, la derecha y los grandes empresarios pretenden imponer sus intereses para poner a la venta el patrimonio nacional, incluidos los derechos de todos los mexicanos. Es particularmente grave la destrucción y privatización de nuestro patrimonio cultural, una de las fuentes fundamentales de la identidad nacional y memoria histórica de lo que somos; esta depredación mercantil obliga con urgencia a defender la riqueza nacional, natural y cultural.

Así lo reportó el martes pasado el programa televisivo del gobierno legítimo de México, “La verdad sea dicha”, en un reportaje en el que combinó la voz de varios entrevistados con la de los propios conductores de la emisión.

Inti Muñoz, promotor cultural, señaló que México es uno de los países con una de las riquezas en materia cultural más importantes del mundo, “tenemos el patrimonio arqueológico más basto de América Latina. México ha sido la sede de un enorme desarrollo artístico a lo largo de los siglos”. Comentó también que tenemos una Ley Federal de Zonas y Monumentos Arqueológicos, Históricos y Artísticos que existe desde 1973; “sin embargo, es vulnerada todos los días, es una ley que no se cumple. Todos los días el patrimonio cultural es destruido, es vendido, es traficado ilegalmente. Se destruye el patrimonio arquitectónico construido en el siglo XX también todos los días, y eso es producto de que el poder del dinero, el poder financiero, parece ser más importante para los gobiernos mexicanos que el interés de la sociedad por preservar su identidad y preservar su patrimonio cultural”.

Inti Muñoz, ex diputado perredista, cuyas funciones legislativas estuvieron enfocadas en gran medida al tema de la cultura, aseveró asimismo que el mapa de riesgos y de situaciones en extremo complicadas donde se está vulnerando el patrimonio es sumamente amplio y ha habido casos sumamente graves en los últimos años; citó al respecto la destrucción del cerro de San Pedro, en el caso de la Minera San Xavier, y del patrimonio tanto natural, cultural, como arquitectónico que se encuentra en esa zona.

“Hemos conocido en estos últimos días el avasallamiento por parte de la industria hotelera de la zona arqueológica de Tulum. Los casos son muchos más, algunos también tienen que ver, por ejemplo, con la entrega a la Iglesia católica o a manos privadas de inmuebles que son patrimonio histórico del país, que se repiten todos los días”, agregó. “Tenemos el reto de construir una mejor defensa del patrimonio cultural que esté basada en un asunto fundamental: que las comunidades, que la gente participe en la defensa del patrimonio cultural”, concluyó el entrevistado.

Por su parte, Bolfy Cottom, historiador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), al referirse al amplio universo que abarca el patrimonio cultural de una nación, indicó: “nos estamos refiriendo a ese conjunto de elementos que para el país, que para esta nación han sido importantes a lo largo de su historia; que se denominan arqueológicos, que se denominan históricos, que se denominan artísticos, e incluso paleontológicos. Son fundamentales para entender lo que hemos sido, lo que somos y lo que vamos a ser en el futuro”.

Al comentar la desatención gubernamental hacia la preservación de esta parte de las riquezas nacionales, Cottom dijo: “De esa importancia, de ese interés que el gobierno daba a la preservación de este tipo de bienes, empieza a haber como una especie de alejamiento del interés. Al convertirse en un recurso económico, se va a buscar que abran de manera masiva al turismo, que se abran de manera masiva a los espectáculos, que se conviertan en una especie de parques temáticos y en ese sentido, entonces, poder generar recursos, poder generar divisas. Hay una gran disputa de orden económico y político entre distintos órdenes de gobierno para poder apropiarse, digamos, y convertir esto en mercancías; va a llegar el momento en que se van a perder”.

El investigador del INAH recordó que “México, por lo menos hasta los años ochenta, fue considerado un país modelo en cuanto a sus políticas culturales, en cuanto a la preservación de su patrimonio. Desafortunadamente, eso se ha perdido y estamos en una situación en la que no sólo el patrimonio cultural sino sus instituciones, que fueron creadas no por un partido político sino por un proceso de luchas históricas, están en un serio riesgo: en que ya se les ve como obstáculo. Yo creo que es un grave error porque independientemente de que estemos en un mundo globalizado, si no tenemos identidad, es gravísimo porque nos convertimos simple y sencillamente en obreros del capital, independientemente de si somos mexicanos, chinos o lo que sea”.

Ricardo Pérez Escamilla, coleccionista, también abordó el tema desde las pantallas televisivas de “La verdad sea dicha”: “Desde que México se constituye en una nación independiente y soberana, desde que pasó nuestra guerra de Independencia, vamos a tener en todo el siglo XIX una preocupación por defender, por conservar nuestro patrimonio. La Revolución mexicana en el fondo no sólo era un reclamo de tipo político, social, económico, sino sustancialmente cultural. Era la necesidad de volver a lo nuestro, a lo que éramos, es decir, volver, como decía López Velarde, luego de una patria milenaria y epopéyica, a una patria más modesta —dice— y quizá, por ello, más preciosa. La Revolución mexicana, en los años veinte, lo que trata es de recuperar las raíces nuestras, y esto es lo que produce un renacimiento mexicano, como lo llamó George Charlotte, y empezamos a ver que se inundan los edificios públicos de murales que expresan la gesta social transformadora que ha representado la Revolución mexicana.

Ricardo Pérez Escamilla, concluyó comentando el concepto de lo mexicano: “…Y decir yo soy mexicano, orgulloso de mis artistas, orgulloso lo mismo de las culturas prehispánicas que de las culturas virreinales; soy orgulloso de mi catedral, soy orgulloso de mis pirámides, de ese México que está constituido a cada momento por un poeta, por un músico. Cuando desde niños les trasmitamos ese orgullo a las generaciones que vienen, habremos hecho la mejor ley para conservar nuestro patrimonio y para difundirlo y para que ese patrimonio trascienda nuestras fronteras y sea conocido como le corresponde universalmente”.

Ligado a lo anterior, el programa “La verdad sea dicha” (que cabe recordar se transmite todos los martes a la 1 de la mañana por el Canal 13 y sus repetidoras en todo el país) presentó este martes pasado una sección a la que llamó “Las maravillas de la depredación empresarial”, en alusión a la febril búsqueda de los comerciantes de viejas y nuevas maravillas naturales y de todo tipo.

Tocó entonces el programa de televisión del gobierno legítimo de México dos casos, no sin un dejo de ironía.

La primera maravilla de la destrucción es una de las mejores expresiones del refinamiento alcanzado por la civilización neoliberal, es una obra explosiva y profunda de la Minera San Xavier que pretende dejar un cráter de un kilómetro de diámetro y 250 metros de profundidad en lo que todavía es el cerro de San Pedro en San Luis Potosí.

Los trabajos artísticos e ilegales de la minera contaminarán con cianuro lo mantos auríferos de la capital potosina, los habitantes de este emblemático pueblo que forma parte del escudo de armas del estado se oponen a la depredación de este proyecto minero que cuenta con el patrocinio del gobierno panista y han sido objeto de persecución hostigamiento y encarcelamiento, pero su lucha continúa. Se busca extraer oro a cambio de dejar muerte, qué maravilla.

En la Riviera Maya encontramos otras maravillas como la del gobernador de Quintana Roo que el pasado 2 de julio presentó una demanda en contra del decreto que creó el Parque Nacional Tulum para apoyar un grupo de inversionistas privados que proponen la desaparición de dicha área natural protegida para construir hoteles y centros turísticos dentro de la zona arqueológica de Tulum.

Así concluyó este fragmento del programa dedicado al patrimonio cultural y natural de todos los mexicanos, que servicio de noticias ISA quiso recuperar en su versión escrita para abonar a la lucha contra el cerco informativo contra el movimiento lopezobradorista.

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