DOCUMENTOS SOBRE LA DECISIÓN DE RETIRARSE DEL ZÓCALO EL 15 DE SEPTIEMBRE DESPUÉS DEL GRITO DE LOS LIBRES (Parte 1)
El pasado 15 de septiembre, después de haberse celebrado exitosamente el Grito de los Libres y de que participantes del movimiento de resistencia civil pacífica habían permanecido en el Zócalo de la Ciudad de México desde el día anterior en la tarde, los organizadores de dicha actividad pusieron a votación entre la concurrencia el “irnos o quedarnos” en la Plaza de la Constitución hasta que el “grito espurio” se realizara.
La decisión anunciada como mayoritaria de “irnos” ha despertado descontento entre sectores del movimiento lopezobradorista y hacia algunos de los organizadores. Con el objetivo de dar a conocer objetivamente algunas de las posiciones que al respecto se han expresado, el servicio de noticias ISA publica a continuación tres textos, en el orden en que fueron hechos públicos.
El primero es la transcripción de la primera parte del programa televisivo del gobierno legítimo “La verdad sea dicha” del 18 de septiembre, en la que, además de presentarse una excelente y completa crónica de los acontecimientos del 14 y 15 de septiembre, se dan a conocer explicaciones y juicios sobre la decisión adoptada al final del Grito de los Libres. El segundo texto es el documento integro entregado el 18 de este mes en las instalaciones del gobierno legítimo, donde diferentes colectivos de la resistencia civil pacífica fijan su postura ante los hechos ya referidos. El tercero son los comentarios de Redes Universitarias acerca del Grito de los Libres.
Uno de nuestros lectores nos ha anunciado que existe ya una carta de Jesusa Rodríguez sobre este tema; en el momento en que llegue a nuestras manos la daremos a conocer.
Por lo extenso de este envío, nuestros lectores lo recibirán en dos partes: los servicios informativos núms. 196 y 197.
La decisión anunciada como mayoritaria de “irnos” ha despertado descontento entre sectores del movimiento lopezobradorista y hacia algunos de los organizadores. Con el objetivo de dar a conocer objetivamente algunas de las posiciones que al respecto se han expresado, el servicio de noticias ISA publica a continuación tres textos, en el orden en que fueron hechos públicos.
El primero es la transcripción de la primera parte del programa televisivo del gobierno legítimo “La verdad sea dicha” del 18 de septiembre, en la que, además de presentarse una excelente y completa crónica de los acontecimientos del 14 y 15 de septiembre, se dan a conocer explicaciones y juicios sobre la decisión adoptada al final del Grito de los Libres. El segundo texto es el documento integro entregado el 18 de este mes en las instalaciones del gobierno legítimo, donde diferentes colectivos de la resistencia civil pacífica fijan su postura ante los hechos ya referidos. El tercero son los comentarios de Redes Universitarias acerca del Grito de los Libres.
Uno de nuestros lectores nos ha anunciado que existe ya una carta de Jesusa Rodríguez sobre este tema; en el momento en que llegue a nuestras manos la daremos a conocer.
Por lo extenso de este envío, nuestros lectores lo recibirán en dos partes: los servicios informativos núms. 196 y 197.
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Transcripción del reportaje sobre las acciones del 14 y 15 de septiembre en el Zócalo, del programa “La verdad sea dicha”
Locutores: La memoria de los pueblos, como su historia y su cultura, es una creación colectiva y es la base de nuestra identidad como nación. Al conmemorar este 15 de septiembre el Grito de Dolores con el que don Miguel Hidalgo dio inicio a la Guerra de Independencia, estamos recordando el levantamiento del pueblo mexicano contra el injusto dominio español, una rebelión que hace casi 200 años apeló al ejercicio de la soberanía popular para construir una Nación independiente. Esta lucha por la libertad modificó profundamente a la sociedad y liberó a México del yugo extranjero. Sin embargo, en estas épocas los gobiernos neoliberales cada día hipotecan más nuestra independencia y entregan nuestra soberanía nacional a intereses trasnacionales. Por esta razón, durante la celebración de las fiestas patrias en la capital del país, muchos mexicanos se congregaron en el Zócalo para festejar el Grito de los Libres.
13 de septiembre, 14:00 hrs.
Un hombre en la explanada del Zócalo capitalino, al ver las vallas metálicas y a elementos de la PFP, expresa al reportero: Esto que tú estás viendo es cuartar el libre tránsito de los mexicanos, esto está en contra de la Constitución; nosotros les hemos pedido que quitaran las vallas formalmente, no les hemos hecho pliego porque al pueblo no le avisaron que iban a poner estas vallas.
En esta misma escena, la gente grita frente a Palacio Nacional: ¡Felipe, espurio, queremos a Obrador!, ¡Tú eres en mi Patria un pinche usurpador!
Anochece, y en la explanada la gente —algunas mujeres, sencillas y aguerridas amas de casa, con una pequeña fotografía de AMLO en la mano y otros con pancartas— grita: ¡Es un honor estar con Obrador!, ¡Presidente Obrador! ¡Presidente Obrador! ¡Presidente Obrador!
Locutora: Este 15 de septiembre, el Zócalo de la Ciudad de México demostró la existencia de dos Méxicos, el de un país de hombres y mujeres que anhelan y luchan por un cambio democrático y libertario, y el de un régimen ilegítimo que vive rodeado de militares y que representa los intereses de una minoría voraz.
14 de septiembre, 23:00 hrs.
Locutora: Cientos de personas, familias incluidas, pasaron la noche del 14 resguardando la plancha para garantizar que se pudiera llevar a cabo El Grito de los Libres. En la madrugada se efectuó un operativo militar con el propósito de desmantelar el equipo de sonido de la Convención Nacional Democrática (CND), pero la gente lo impidió [se escuchan consignas de los que protegen la plancha del Zócalo: ¡el pueblo unido, jamás será vencido!, ¡el pueblo unido, jamás será vencido! Frente a los elementos de la PFP que montaron guardia frente a Palacio Nacional, gritan: ¡Preeeparen! ¡Apuuuunten! ¡Güevos!].
15 de septiembre 12:00 hrs.
Locutora: El gobierno ilegítimo ocupó con miles de soldados una parte de la plaza y tendió un cerco frente a Palacio Nacional. Los militares amagaron todo el tiempo con avanzar sobre la multitud y provocar un enfrentamiento.
Dos mujeres cercanas a los 60 años de edad interpelan a los policías, con voz recia y ronca, con gafas oscuras y la rabia delatada por el enérgico vaivén de sus largos aretes: ¡la Patria es otra cosa señores!, ¡la Patria somos los mexicanos con dignidad!, ¡el Día de la Independencia… lleno de soldados aquí!, ¡el Día de la Independencia… vergüenza les debía de dar! Mientras tanto, otras mujeres —también cercanas a los 60— sin maquillaje ni gafas para protegerse del sol, con chaleco de estambre unas, y otras con blusa de nailon y suéter en doblado sobre el brazo, pero todas con el mismo tono de voz, gritan frente a Palacio Nacional: ¡Qué miedo tienes Calderón!, ¡no puedes andar sin tu ejército!
15 de septiembre 15:00 hrs.
Locutora: La mañana del día 15, el ejército tomó el control del primer cuadro del Centro Histórico e instaló retenes en todos los accesos a la plaza para decomisar todas las banderas y carteles de protesta.
Una señora que porta un cartel con la imagen de AMLO dice: Vea cómo está esto ¿ése es el gobierno que quería todo México? Mientras un manifestante decepcionado e indignado señala: No nos dan el paso libre, dondequiera vemos barreras, dondequiera vemos fuerzas represivas. En otra imagen se observa a una mujer “forcejeando palabras” con miembros del Estado Mayor, cuando uno de ellos le pide que entregue la propaganda de AMLO que portaba. El guardia advierte: no pasa la propaganda; la mujer, muy molesta, contesta: ¿por qué, si es mía?, ¿es un delito?, ¿es delito? El guardia responde: No, no es delito. Finalmente, la mujer pregunta: ¿Entonces? ¡Déme una razón!
Voz del responsable de retenes del Estado Mayor que se dirige a dos hombres: ¿Vienen al grito o vienen (…)? Por favor ¿sí?, pasan sin pancarta, o sea, si no pasan sin pancarta, no pasan al Grito. En otra escena la misma mujer que estaba “forcejeando palabras” con miembros del Estado Mayor, continúa exigiendo su derecho de paso con la propaganda en mano; esta vez es auxiliada por representantes de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (quienes portaban chalecos que los acreditaban) y dicen a los guardias: ¿usted por qué no permite esto —ellos no le responden—; están violando completamente su derecho a la libertad de expresión.
Más adelante, la misma escena con otros portadores de pancartas, un hombre aclara: ¡Poliii, ya me regresaron de allá!; un sujeto vestido de civil se acerca y en tono autoritario expresa: ¡Qué trae señor! El ciudadano que es amedrentado alega: ¡yo no traigo nada! ¡Me estoy dando a respetar nada más! Quiero que me respeten, es lo que les estoy diciendo. Un hombre de la tercera edad apunta: es automáticamente un estado de sitio. Un joven se dirige a la gente, y señalando a elementos de la PFP expone: Lo que están haciendo ellos es un acto de provocación porque saben que este evento que hacemos nosotros es políticamente más importante, porque ellos no pueden gobernar más que con el ejército y la televisión. Otro joven grita: ¡No queremos un estado de sitio en México! ¡Demos el Grito de libertad pero siendo libres!
Locutora: A lo largo del día, la batalla por el Zócalo se convirtió en un duelo de bocinas y decibeles entre el superequipo del gobierno impostor y el de la resistencia. La guerra sonora ensordeció a la gente a tal grado que los soldados y la gente que protegían la plaza eran los únicos que soportaban permanecer en ella. Esta batalla la perdió el equipo de Calderón. Al verse derrotado el gobierno usurpador, amenazó con desconectar el equipo, aun a arriesgo de desatar la violencia, pero la CND no se intimidó y la gente rodeó las bocinas para protegerlas. Frente a esa situación, el usurpador se vio obligado a ceder; a bajar el volumen de su sonido a niveles tolerables y a callar para que se diera el Grito alternativo. Todo esto a cambio de que se le permitiera hacer el suyo; pero esto no fue una propuesta o una negociación del gobierno del Distrito Federal; fue una amenaza del gobierno espurio a la gente; en caso de no aceptarse, los soldados procederían a desconectar los aparatos de sonido de la CND por la fuerza. La tensión llegó al máximo y, con ella, el riesgo de un enfrentamiento.
En la explanada la gente grita: ¡La inteligencia, está en la resistencia!, ¡La inteligencia, está en la resistencia!
Locutora: La del 15 en el Zócalo, también ha sido una de las noches más intensas y conmovedoras que se recuerden en la historia de la ciudad. Decenas de miles de capitalinos que colmaban la mayor parte de la plaza convirtieron las fiestas patrias en un acto cívico.
Una mujer opina: “Y estamos aquí para que las personas libres expresemos nuestro repudio al pelele, no hay nada que celebrar, venimos aquí para protestar”.
Locutora: La genuina fiesta ciudadana contrastó con la ocupación militar que ordenó el gobierno calderonsita para su festejo.
Una mujer juzga: ¿Cree que no es vergüenza que dé el grito hoy un ratero? Es un ratero el presidente.
Locutora: Fue la expresión de la verdadera disputa por la Nación, entre la posibilidad de construir un país libre, justo, democrático y diverso o la imposición de un proyecto intolerante, entreguista y depredador del territorio y de la población.
La gente grita: ¡Es un honor estar con Obrador!, ¡Es un honor estar con Obrador!, ¡Es un honor estar con Obrador!, ¡Es un honor estar con Obrador!
15 de septiembre 21:00 hrs.
Locutora: A las nueve de la noche comenzó la celebración de la Convención, mientras la Banda Maguey tocaba a todo volumen en el escenario panista. A las 21:45 hrs. Por orden del estado Mayor Presidencial, el sonido oficial guardó silencio para dar paso al Grito de los Libres; de esta manera, el gobierno usurpador aceptó en los hechos el triunfo de los ciudadanos en resistencia que hicieron suyo el Zócalo. El gobierno de Calderón hacía tiempo que había perdido la batalla del apoyo popular, quería ganar el Zócalo a cualquier precio y ahora también ha perdido en la competencia tecnológica. La senadora Rosario Ibarra de Piedra fue la encargada de dar el Grito ciudadano: “Pueblo de México, compatriotas ¡Vivan los héroes que iniciaron la lucha por patria y libertad! ¡Viva Hidalgo! ¡Viva Josefa Ortiz de Domínguez! ¡Viva Allende! ¡Viva Leona Vicario! ¡Viva la soberanía popular! ¡Vivan los presos y los desparecidos políticos! ¡Muera el mal gobierno! ¡Muera el mal gobierno! ¡Vivan los héroes todos, todos lo héroes que a lo largo de la historia han luchado por cambiar las condiciones de miseria de este país! ¡Muera el mal gobierno! Y ¡Viva nuestra Presidencia Legítima! ¡Viva México! ¡Viva México! ¡Viva México! ¡Viva México!
Locutora: Al final de la ceremonia, la actriz Jesusa Rodríguez convirtió la fiesta en una asamblea popular y dirigiéndose a los asistentes les expuso la situación y dejó la decisión en manos de la gente.
Jesusa: Queremos preguntarles a todos y a todas ustedes, porque en este movimiento la voz del pueblo es la voz que manda. ¿Nos vamos o nos quedamos? Se escucha gente que responde: ¡Nos quedamos! Jesusa: Les voy a pedir que se vote, levanten por favor la mano todos los que estén a favor de irnos [mientras tanto, se escucha gente que corea: ¡vámonos!, ¡vámonos!, ¡vámonos!] Bajen la mano por favor, levanten la mano quienes estén a favor de quedarse; una enorme mayoría ha decidido que nos vamos [grita Jesusa y la siguen los ciudadanos: ¡la inteligencia está en la resistencia!, ¡la inteligencia está en la resistencia!, ¡la inteligencia está en la resistencia!, ¡la inteligencia está en la resistencia!].
Locuotores: El Grito convocado por la CND fue una fiesta y un acto de resistencia civil pacífica contra el gobierno usurpador que devino en asamblea popular cuando a mano alzada la mayoría de los asistentes decidió retirarse de la plaza como repudio a Calderón y para evitar un enfrentamiento con el ejército. Mientras la plaza se vaciaba, cientos de personas decidieron quedarse para repudiar la presencia de Calderón; algunos fueron agredidos por militares, la mayoría había permanecido varios días resistiendo. Poco antes de que apareciera Calderón en el balcón los soldados colocaron una banda tricolor para tapar la protesta. Calderón sólo escuchó los vivas de la tropa y de algunos panistas presentes; las voces de protesta se colaron incluso a la televisión que esta vez no pudo acallarlas ni borrarlas.
En el momento en que la escolta de cadetes del ejército entrega la bandera nacional a Calderón, se escuchan como telón de fondo las voces de los ciudadanos que gritan: ¡Obrador!, ¡Obrador!, ¡Obrador!, ¡Obrador!, ¡Obrador! En la imagen de la pantalla aparece el logotipo de TV Azteca.
Locutora: El eco del descontento popular contra el gobierno y ante el aumento a la gasolina y a los nuevos impuestos resonó en Palacio Nacional. Este 15 de septiembre será recordado por esta gesta ciudadana. La decisión colectiva de retirarse muestra el grado de madurez y de sensibilidad con que los ciudadanos conscientes ejercen sus derechos con firmeza y dignidad; este ejercicio democrático representó la verdadera celebración de la Independencia. La confirmación de una Nación de hombres y mujeres libres.
Transcripción del reportaje sobre las acciones del 14 y 15 de septiembre en el Zócalo, del programa “La verdad sea dicha”
Locutores: La memoria de los pueblos, como su historia y su cultura, es una creación colectiva y es la base de nuestra identidad como nación. Al conmemorar este 15 de septiembre el Grito de Dolores con el que don Miguel Hidalgo dio inicio a la Guerra de Independencia, estamos recordando el levantamiento del pueblo mexicano contra el injusto dominio español, una rebelión que hace casi 200 años apeló al ejercicio de la soberanía popular para construir una Nación independiente. Esta lucha por la libertad modificó profundamente a la sociedad y liberó a México del yugo extranjero. Sin embargo, en estas épocas los gobiernos neoliberales cada día hipotecan más nuestra independencia y entregan nuestra soberanía nacional a intereses trasnacionales. Por esta razón, durante la celebración de las fiestas patrias en la capital del país, muchos mexicanos se congregaron en el Zócalo para festejar el Grito de los Libres.
13 de septiembre, 14:00 hrs.
Un hombre en la explanada del Zócalo capitalino, al ver las vallas metálicas y a elementos de la PFP, expresa al reportero: Esto que tú estás viendo es cuartar el libre tránsito de los mexicanos, esto está en contra de la Constitución; nosotros les hemos pedido que quitaran las vallas formalmente, no les hemos hecho pliego porque al pueblo no le avisaron que iban a poner estas vallas.
En esta misma escena, la gente grita frente a Palacio Nacional: ¡Felipe, espurio, queremos a Obrador!, ¡Tú eres en mi Patria un pinche usurpador!
Anochece, y en la explanada la gente —algunas mujeres, sencillas y aguerridas amas de casa, con una pequeña fotografía de AMLO en la mano y otros con pancartas— grita: ¡Es un honor estar con Obrador!, ¡Presidente Obrador! ¡Presidente Obrador! ¡Presidente Obrador!
Locutora: Este 15 de septiembre, el Zócalo de la Ciudad de México demostró la existencia de dos Méxicos, el de un país de hombres y mujeres que anhelan y luchan por un cambio democrático y libertario, y el de un régimen ilegítimo que vive rodeado de militares y que representa los intereses de una minoría voraz.
14 de septiembre, 23:00 hrs.
Locutora: Cientos de personas, familias incluidas, pasaron la noche del 14 resguardando la plancha para garantizar que se pudiera llevar a cabo El Grito de los Libres. En la madrugada se efectuó un operativo militar con el propósito de desmantelar el equipo de sonido de la Convención Nacional Democrática (CND), pero la gente lo impidió [se escuchan consignas de los que protegen la plancha del Zócalo: ¡el pueblo unido, jamás será vencido!, ¡el pueblo unido, jamás será vencido! Frente a los elementos de la PFP que montaron guardia frente a Palacio Nacional, gritan: ¡Preeeparen! ¡Apuuuunten! ¡Güevos!].
15 de septiembre 12:00 hrs.
Locutora: El gobierno ilegítimo ocupó con miles de soldados una parte de la plaza y tendió un cerco frente a Palacio Nacional. Los militares amagaron todo el tiempo con avanzar sobre la multitud y provocar un enfrentamiento.
Dos mujeres cercanas a los 60 años de edad interpelan a los policías, con voz recia y ronca, con gafas oscuras y la rabia delatada por el enérgico vaivén de sus largos aretes: ¡la Patria es otra cosa señores!, ¡la Patria somos los mexicanos con dignidad!, ¡el Día de la Independencia… lleno de soldados aquí!, ¡el Día de la Independencia… vergüenza les debía de dar! Mientras tanto, otras mujeres —también cercanas a los 60— sin maquillaje ni gafas para protegerse del sol, con chaleco de estambre unas, y otras con blusa de nailon y suéter en doblado sobre el brazo, pero todas con el mismo tono de voz, gritan frente a Palacio Nacional: ¡Qué miedo tienes Calderón!, ¡no puedes andar sin tu ejército!
15 de septiembre 15:00 hrs.
Locutora: La mañana del día 15, el ejército tomó el control del primer cuadro del Centro Histórico e instaló retenes en todos los accesos a la plaza para decomisar todas las banderas y carteles de protesta.
Una señora que porta un cartel con la imagen de AMLO dice: Vea cómo está esto ¿ése es el gobierno que quería todo México? Mientras un manifestante decepcionado e indignado señala: No nos dan el paso libre, dondequiera vemos barreras, dondequiera vemos fuerzas represivas. En otra imagen se observa a una mujer “forcejeando palabras” con miembros del Estado Mayor, cuando uno de ellos le pide que entregue la propaganda de AMLO que portaba. El guardia advierte: no pasa la propaganda; la mujer, muy molesta, contesta: ¿por qué, si es mía?, ¿es un delito?, ¿es delito? El guardia responde: No, no es delito. Finalmente, la mujer pregunta: ¿Entonces? ¡Déme una razón!
Voz del responsable de retenes del Estado Mayor que se dirige a dos hombres: ¿Vienen al grito o vienen (…)? Por favor ¿sí?, pasan sin pancarta, o sea, si no pasan sin pancarta, no pasan al Grito. En otra escena la misma mujer que estaba “forcejeando palabras” con miembros del Estado Mayor, continúa exigiendo su derecho de paso con la propaganda en mano; esta vez es auxiliada por representantes de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (quienes portaban chalecos que los acreditaban) y dicen a los guardias: ¿usted por qué no permite esto —ellos no le responden—; están violando completamente su derecho a la libertad de expresión.
Más adelante, la misma escena con otros portadores de pancartas, un hombre aclara: ¡Poliii, ya me regresaron de allá!; un sujeto vestido de civil se acerca y en tono autoritario expresa: ¡Qué trae señor! El ciudadano que es amedrentado alega: ¡yo no traigo nada! ¡Me estoy dando a respetar nada más! Quiero que me respeten, es lo que les estoy diciendo. Un hombre de la tercera edad apunta: es automáticamente un estado de sitio. Un joven se dirige a la gente, y señalando a elementos de la PFP expone: Lo que están haciendo ellos es un acto de provocación porque saben que este evento que hacemos nosotros es políticamente más importante, porque ellos no pueden gobernar más que con el ejército y la televisión. Otro joven grita: ¡No queremos un estado de sitio en México! ¡Demos el Grito de libertad pero siendo libres!
Locutora: A lo largo del día, la batalla por el Zócalo se convirtió en un duelo de bocinas y decibeles entre el superequipo del gobierno impostor y el de la resistencia. La guerra sonora ensordeció a la gente a tal grado que los soldados y la gente que protegían la plaza eran los únicos que soportaban permanecer en ella. Esta batalla la perdió el equipo de Calderón. Al verse derrotado el gobierno usurpador, amenazó con desconectar el equipo, aun a arriesgo de desatar la violencia, pero la CND no se intimidó y la gente rodeó las bocinas para protegerlas. Frente a esa situación, el usurpador se vio obligado a ceder; a bajar el volumen de su sonido a niveles tolerables y a callar para que se diera el Grito alternativo. Todo esto a cambio de que se le permitiera hacer el suyo; pero esto no fue una propuesta o una negociación del gobierno del Distrito Federal; fue una amenaza del gobierno espurio a la gente; en caso de no aceptarse, los soldados procederían a desconectar los aparatos de sonido de la CND por la fuerza. La tensión llegó al máximo y, con ella, el riesgo de un enfrentamiento.
En la explanada la gente grita: ¡La inteligencia, está en la resistencia!, ¡La inteligencia, está en la resistencia!
Locutora: La del 15 en el Zócalo, también ha sido una de las noches más intensas y conmovedoras que se recuerden en la historia de la ciudad. Decenas de miles de capitalinos que colmaban la mayor parte de la plaza convirtieron las fiestas patrias en un acto cívico.
Una mujer opina: “Y estamos aquí para que las personas libres expresemos nuestro repudio al pelele, no hay nada que celebrar, venimos aquí para protestar”.
Locutora: La genuina fiesta ciudadana contrastó con la ocupación militar que ordenó el gobierno calderonsita para su festejo.
Una mujer juzga: ¿Cree que no es vergüenza que dé el grito hoy un ratero? Es un ratero el presidente.
Locutora: Fue la expresión de la verdadera disputa por la Nación, entre la posibilidad de construir un país libre, justo, democrático y diverso o la imposición de un proyecto intolerante, entreguista y depredador del territorio y de la población.
La gente grita: ¡Es un honor estar con Obrador!, ¡Es un honor estar con Obrador!, ¡Es un honor estar con Obrador!, ¡Es un honor estar con Obrador!
15 de septiembre 21:00 hrs.
Locutora: A las nueve de la noche comenzó la celebración de la Convención, mientras la Banda Maguey tocaba a todo volumen en el escenario panista. A las 21:45 hrs. Por orden del estado Mayor Presidencial, el sonido oficial guardó silencio para dar paso al Grito de los Libres; de esta manera, el gobierno usurpador aceptó en los hechos el triunfo de los ciudadanos en resistencia que hicieron suyo el Zócalo. El gobierno de Calderón hacía tiempo que había perdido la batalla del apoyo popular, quería ganar el Zócalo a cualquier precio y ahora también ha perdido en la competencia tecnológica. La senadora Rosario Ibarra de Piedra fue la encargada de dar el Grito ciudadano: “Pueblo de México, compatriotas ¡Vivan los héroes que iniciaron la lucha por patria y libertad! ¡Viva Hidalgo! ¡Viva Josefa Ortiz de Domínguez! ¡Viva Allende! ¡Viva Leona Vicario! ¡Viva la soberanía popular! ¡Vivan los presos y los desparecidos políticos! ¡Muera el mal gobierno! ¡Muera el mal gobierno! ¡Vivan los héroes todos, todos lo héroes que a lo largo de la historia han luchado por cambiar las condiciones de miseria de este país! ¡Muera el mal gobierno! Y ¡Viva nuestra Presidencia Legítima! ¡Viva México! ¡Viva México! ¡Viva México! ¡Viva México!
Locutora: Al final de la ceremonia, la actriz Jesusa Rodríguez convirtió la fiesta en una asamblea popular y dirigiéndose a los asistentes les expuso la situación y dejó la decisión en manos de la gente.
Jesusa: Queremos preguntarles a todos y a todas ustedes, porque en este movimiento la voz del pueblo es la voz que manda. ¿Nos vamos o nos quedamos? Se escucha gente que responde: ¡Nos quedamos! Jesusa: Les voy a pedir que se vote, levanten por favor la mano todos los que estén a favor de irnos [mientras tanto, se escucha gente que corea: ¡vámonos!, ¡vámonos!, ¡vámonos!] Bajen la mano por favor, levanten la mano quienes estén a favor de quedarse; una enorme mayoría ha decidido que nos vamos [grita Jesusa y la siguen los ciudadanos: ¡la inteligencia está en la resistencia!, ¡la inteligencia está en la resistencia!, ¡la inteligencia está en la resistencia!, ¡la inteligencia está en la resistencia!].
Locuotores: El Grito convocado por la CND fue una fiesta y un acto de resistencia civil pacífica contra el gobierno usurpador que devino en asamblea popular cuando a mano alzada la mayoría de los asistentes decidió retirarse de la plaza como repudio a Calderón y para evitar un enfrentamiento con el ejército. Mientras la plaza se vaciaba, cientos de personas decidieron quedarse para repudiar la presencia de Calderón; algunos fueron agredidos por militares, la mayoría había permanecido varios días resistiendo. Poco antes de que apareciera Calderón en el balcón los soldados colocaron una banda tricolor para tapar la protesta. Calderón sólo escuchó los vivas de la tropa y de algunos panistas presentes; las voces de protesta se colaron incluso a la televisión que esta vez no pudo acallarlas ni borrarlas.
En el momento en que la escolta de cadetes del ejército entrega la bandera nacional a Calderón, se escuchan como telón de fondo las voces de los ciudadanos que gritan: ¡Obrador!, ¡Obrador!, ¡Obrador!, ¡Obrador!, ¡Obrador! En la imagen de la pantalla aparece el logotipo de TV Azteca.
Locutora: El eco del descontento popular contra el gobierno y ante el aumento a la gasolina y a los nuevos impuestos resonó en Palacio Nacional. Este 15 de septiembre será recordado por esta gesta ciudadana. La decisión colectiva de retirarse muestra el grado de madurez y de sensibilidad con que los ciudadanos conscientes ejercen sus derechos con firmeza y dignidad; este ejercicio democrático representó la verdadera celebración de la Independencia. La confirmación de una Nación de hombres y mujeres libres.
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