Sumario:
I. La astucia del general, por José Antonio Almazán
II. Desestabilización política si se privatiza Pemex: AMLO
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LA ASTUCIA DEL GENERAL
José Antonio Almazán González
(publicado en La Jornada el 31 de marzo de 2008)
Como parte del debate nacional en torno a la pretensión de abrir Pemex a la inversión del capital privado, algunos privatizadores, huérfanos de pensamiento propio, han comentado públicamente que ¡hasta el general Cárdenas estuvo de acuerdo con la participación del capital privado en la industria del petróleo en México!, apoyándose en los contenidos de la Ley Reglamentaria del artículo 27 constitucional en materia de petróleo, de 1939. Conviene, pues, analizar el contenido de dicha ley reglamentaria para valorar el alcance de tan temerarias declaraciones. Cito textualmente parte de la exposición de motivos y del articulado de la misma:
“…la exclusión de los particulares del régimen de concesiones que el artículo 27 fija para la explotación de los recursos naturales del dominio público, no implica que la nación abandone la posibilidad de admitir la colaboración de la iniciativa privada, sino simplemente que esa colaboración deberá realizarse en el futuro dentro de las formas jurídicas diversas de la concesión que, por una tradición muy arraigada en nuestro sistema legislativo, se supone que, aunque en forma limitada y precaria, concede ciertos derechos a la explotación directa del subsuelo”.
Esta colaboración de los particulares fue definida a partir de los siguientes criterios:
“a) la necesidad de que el contratista sea en todo caso o una persona física mexicana o una sociedad constituida íntegramente por nacionales y en una forma en que sea posible en todo instante la comprobación de esta circunstancia; y d) fijación del criterio de que el contratista no adquirirá un derecho directo a la explotación del petróleo, sino sólo a obtener una compensación que deberá ser equivalente a las inversiones que efectúe más la utilidad que razonablemente deberá tener por su inversión y por su esfuerzo”.
Se agrega además que “la Constitución sólo ha prohibido la explotación mediante concesiones del petróleo, pero no la posibilidad de la construcción de oleoductos, refinerías y sistemas de distribución para gas...”. Y precisa en su artículo 9: “los contratos de que hablan los artículos anteriores sólo podrán celebrarse con nacionales o con sociedades constituidas íntegramente por mexicanos. No podrán concertarse en ningún caso con sociedades anónimas que emitan acciones al portador”.
Como he señalado, tanto la reforma adición al párrafo sexto del artículo 27 de la Constitución como la Ley Reglamentaria de este artículo en materia de petróleo fueron expedidas por el presidente Lázaro Cárdenas el 27 y 30 de diciembre de 1939, respectivamente, pero fueron publicadas en el Diario Oficial de la Federación el 9 de noviembre de 1940, es decir, 10 meses después. Veintiún días antes de que concluyera el sexenio del presidente Lázaro Cárdenas.
Varios hechos nacionales e internacionales explican este retraso entre su aprobación y su publicación, así como su aparente contradicción. Por un lado las relaciones con el poderoso vecino del norte habían alcanzado su nivel de conflicto más agudo a raíz de la expropiación del petróleo que había afectado a empresas estadunidenses, “que impidieron el transporte y la venta de petróleo mexicano, y exigieron la restitución de sus posesiones anteriores o una indemnización. El gobierno de Estados Unidos suspendió la compra de plata mexicana, prácticamente boicoteó el petróleo mexicano, rompió las negociaciones sobre un acuerdo comercial y negó créditos estatales para el vecino del sur”; por otra parte, México tenía pendiente el pago de compensaciones a los ciudadanos estadunidenses que perdieron sus bienes durante la Revolución (Jürgen Müller, 1995). El otro hecho significativo fue el inicio de la Segunda Guerra Mundial en septiembre de 1939, que colocó a México en una situación geopolítica extremadamente complicada, en virtud de su posición de neutralidad y del papel que venía desarrollando en la exportación de petróleo a nivel internacional.
En tal virtud, la promulgación inmediata de la reforma constitucional al artículo 27 hubiera agudizado el conflicto con las empresas petroleras y sus respectivos gobiernos. En el mismo sentido, la Ley Reglamentaria del artículo 27 constitucional, en materia de petróleo puede interpretarse como un gesto orientado a suavizar el conflicto, habida cuenta de las acusaciones en contra del gobierno de Cárdenas. En todo ello, como puede reconocerse, obró la astucia del general Cárdenas para defender la expropiación y nacionalización del petróleo y sortear con éxito un conjunto de fuertes presiones político-diplomáticas.
Empero, más allá de esta interpretación, lo cierto es que, a la lectura y análisis de la citada ley secundaria en materia de petróleo, es evidente el acotamiento de la colaboración a particulares mexicanos, lo que la hizo prácticamente inocua, y el rechazo explícito al capital extranjero. Fue por esto que Ávila Camacho propuso su derogación a los tres meses de asumir la presidencia de la República, sustituyéndola por otra ley reglamentaria que explícitamente propiciaba lo que hoy Calderón anhela: la inconstitucional asociación de Pemex con las grandes trasnacionales petroleras.
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DESESTABILIZACIÓN POLÍTICA SI SE PRIVATIZA PEMEX: AMLO
(entrevista publicada en la revista Contralínea el 17 de marzo de 2008, correspondiente a la segunda quincena de ese mes, año 5, núm. 98; versión tomada de la página de internet del gobierno legítimo de México)
El 18 de marzo, el Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo y el FAP protestarán contra la reforma energética y exigirán la renuncia de Juan Camilo Mouriño por incurrir en un supuesto conflicto de intereses. En entrevista con Contralínea Andrés Manuel López Obrador habla del “plan de defensa del petróleo, analiza la corrupción de funcionarios del gobierno panista y denuncia que detrás de la privatización está “la mafia calderonista”.
Ana Lilia Pérez, enviada
Tepic, Nayarit. Andrés Manuel López Obrador habla de la corrupción en Pemex que involucra a funcionarios de alto nivel de las administraciones panistas, a familiares del ex presidente Vicente Fox, y ahora, a los hombres más cercanos a Felipe Calderón, Juan Camilo Mouriño Terrazo y José César Nava Vázquez.
“Es un cártel, una mafia: han hecho de Pemex su caja chica y ahora quieren repartirse el negocio; por eso quieren privatizarlo”, denuncia. Relaciona los vínculos de un grupo de empresas privadas, de las cuales, asegura, han obtenido beneficios funcionarios y ex funcionarios.
Mouriño está implicado en supuesto tráfico de influencias y conflicto de intereses en las operaciones mercantiles que realizó para su empresa Ivancar como funcionario público (Contralínea, 96); Nava avaló desde el área jurídica los contratos de aquél, y como abogado general de Pemex incurrió en un supuesto prevaricato en contra de Petroquímica. (Contralínea, junio 2005).
López Obrador asegura que “el tráfico de influencias de Mouriño es evidente.
“¿Quién en este país en tan poco tiempo llega a ser parte de 80 empresas? ¿Quién?, si todos sabemos que para que un pequeño o mediano empresario pueda tener permisos, concesiones, licencias es complicado. Sólo se transita con rapidez cuando hay influencias. ¿Qué, es muy bueno para los negocios? Puede ser; pero yo sostengo que es muy bueno pero en el tráfico de influencias”.
— ¿Por qué Calderón puso a Mouriño como secretario de Gobernación?
— Porque forman parte del mismo equipo y sin duda tienen vínculos y saben de todo este teje y maneje. ¿O acaso Calderón no sabía de lo que hacía Mouriño? Se debe investigar también a Calderón.
El FAP (Frente Amplio Progresista) exige que Mouriño renuncie a la Secretaría de Gobernación. López Obrador señala que no bastaría su dimisión. “No quiero que nada más se utilice a Mouriño como chivo expiatorio. Hay que ver el papel de Calderón y de Fox”. Señala que es urgente que se audite a las dos últimas administraciones de la paraestatal. “Cuando estaba el PRI, los contratos se le entregaban a funcionarios priistas; ahora que gobierna el PAN, los contratistas son de ese partido. Ése fue el único cambio que hubo: los que no eran panistas se hicieron. Pero fue peor: los últimos sexenios han significado el saqueo de Pemex, a manos de los panistas, que son unos falsarios”.
— Usted citó el prevaricato de César Nava en Pemex.
— Se trató en el gabinete del “Gobierno Legítimo”, se presentaron todas las pruebas, incluso se demostró que estaba participando Calderón como titular de Banobras, por lo que este caso también debe reabrirse.
Negocios al amparo del poder público
“El afán privatizador viene del interés de un grupo por hacer negocios al amparo del poder público. En el sector energético ya se les agotó el negocio, ya exprimieron todo lo que tenía que ver con la compra del gas, con la industria eléctrica, ya también se agotó el modelo de Pidiregas y quieren ahora montarse en el negocio del petróleo. Por eso los mexicanos tenemos derecho a que se haga una auditoría del sector energético desde Fox a la fecha”, advierte.
— ¿Quién haría esa auditoría?
— El Poder Legislativo. Los legisladores del Frente Amplio Progresista. Debe revisarse la participación de Juan Camilo Mouriño en la controversia ante la Corte para impedir que se abrieran y que se conocieran los contratos entregados a las empresas extranjeras para la generación de energía.
En entrevista durante una gira por varias comunidades del estado, López Obrador explica las razones por las cuales la petrolera no debe abrirse a la iniciativa privada: “Porque es inconstitucional; porque se trata de un recurso de todos los mexicanos, y porque es falso que falte dinero y tecnología”.
Premeditadamente, las últimas cuatro administraciones del gobierno federal dejaron de invertir en Petróleos Mexicanos para llevarla a la quiebra técnica y privatizarla pese a ser la principal empresa del Estado generadora de divisas y una de las más importantes del mundo. Andrés Manuel López Obrador dice que en 20 años no se construye una refinería, se arruinó la petroquímica, se desmanteló al Instituto Mexicano del Petróleo y se endeudó a la paraestatal mediante el esquema Pidiregas.
El tabasqueño reprueba el supuesto tráfico de influencias del actual secretario de la Comisión de Energía en la Cámara de Diputados, Jorge Nordhausen González, quien durante su desempeño como presidente de la misma comisión del Senado en la pasada legislatura, incrementó en 1 mil por ciento los contratos en Pemex Exploración y Producción para su empresa Suministros Industriales Carrizales.
“La mafia calderonista”
Para el político, resulta impensable la discusión de la reforma energética, “si no sabemos los mexicanos cómo se manejaron los 335 mil millones de dólares que recibió Fox durante su sexenio por ingresos petroleros; si no sabemos cómo se manejaron los excedentes petroleros; cómo se entregaron las concesiones a empresas extranjeras para generar energía eléctrica; cómo compra el gas la Comisión Federal de Electricidad; cómo y por qué se entregan contratos sin licitar en Pemex, y qué papel han jugado Calderón, Fox, Mouriño, Nava y Elías Ayub”.
— ¿Se están pagando compromisos?
— Sí, y hay que investigar qué relación tiene Mouriño, Calderón y Elías Ayub con empresas trasnacionales.
— ¿Son negociaciones directas? ¿Usted sabe quiénes se han reunido con los representantes de estas empresas trasnacionales?
— Eso es parte también de la auditoría: quién ha recibido a los funcionarios de Repsol. Debe de existir en las bitácoras, en las agendas de las reuniones de Calderón con estas empresas cuando fue secretario de Energía, durante la campaña, después de la campaña y ahora.
— ¿Usted cree que aportaron dinero a la campaña de Calderón las empresas que ahora reclaman la reforma energética?
— No lo descarto, pero no tengo la prueba. En la auditoría saldrá por qué han arruinado al sector energético, cómo se endeudó a la Comisión Federal de Electricidad y a Pemex, por qué los mexicanos pagamos más por el gas, luz, gasolinas de lo que se paga en otras partes. Si el gas se paga a través de Repsol y no de manera directa a Perú, se está cometiendo un daño patrimonial.
Al referirse al caso de Oceanografía, cuyos directivos buscaron a Mouriño para que Pemex les adjudicara un contrato con el cual incurrieron en supuesto fraude a Bancomext, y la continuidad en los contratos que le ha otorgado Jesús Reyes Heroles, explica: “Lo que está pasando es que impera la corrupción en el sector energético”.
El “presidente legítimo” repasa el caso de Juan Bueno Torio, quien a su paso por Pemex Refinación se convirtió en el funcionario con más denuncias acumuladas en la Secretaría de la Función Pública, y actualmente enfrenta indagatorias judiciales por supuestos actos de corrupción en la paraestatal.
Como directivo de la subsidiaria otorgó contratos para transporte de hidrocarburos a las empresas de su familia; a Ivancar, de los Mouriño; y a Flensa, de la cual es accionista Javier Fox Quesada.
Refiere cómo Jesús Zaragoza López, presidente del consorcio gasero Zeta Gas, sostuvo reuniones con Felipe Calderón en la Secretaría de Energía para negociar prebendas en el sector energético a cambio de apoyo para su carrera política.
La resistencia
En el marco de la conmemoración del 70 aniversario de la expropiación petrolera, el tema de la privatización de Pemex se torna más acalorado. En febrero pasado, Pemex lanzó una campaña que ensalzaba la “necesidad” de la inversión privada en aguas profundas; el mensaje es considerado por López Obrador como una provocación al Movimiento Nacional por la Defensa del Petróleo, que aglutina al Frente Amplio Progresista, sindicatos y organizaciones sociales.
Por ello, le apuesta por la movilización social, que arrancará este 18 de marzo, cuando realice el mitin en el Zócalo capitalino, “para informar de la situación real que vive el país bajo el gobierno del usurpador”. Luego de esta concentración, dice, se explicará a los ciudadanos las medidas a tomar en rechazo a la privatización de Pemex.
En enero de 2007, López Obrador inició un recorrido por los 2 mil 400 municipios de México, para informar de “la situación real del país”, credencializar a los representantes del “Gobierno Legítimo”, y explicar la situación de Pemex y el porqué de su oposición a que se privatice.
Dice que en cada entidad se ha formado un Comité de Defensa del Petróleo, y que todos estarán presentes el 18 de marzo en el Zócalo capitalino.
Manifestarán su rechazo a la reforma energética. Ese día, señala, arrancará “la resistencia civil pacífica; esperamos la gente participe, y que ya se presente con brigadas para la defensa del petróleo”.
— ¿Cuál es la responsabilidad de los directores de Pemex en la situación que vive la paraestatal? Tenemos un Díaz Serrano, un Rogelio Montemayor, un Muñoz Leos. Los tres, procesados, y ninguno preso.
— Es un ejemplo de lo que ocurre en el país. Lo que les importa son los negocios, de allí que yo sostenga que además de ir en contra de la Constitución, no hay justificación económica, tecnológica ni administrativa para privatizar Pemex.
Frenar la reforma, el reto
El FAP estima que el proyecto del Ejecutivo sobre la reforma energética se presentará al Congreso la última semana de marzo. El miércoles 27 de febrero, la Junta de Coordinación Política del Senado definió el tema como una de sus prioridades a discutir en el actual periodo ordinario de sesiones que concluye en abril próximo.
Al respecto, López Obrador dice que será un momento decisivo para el Congreso. “Vamos a ver el papel de este poder, si realmente es una institución independiente y autónoma o si está subordinada al Ejecutivo”.
— ¿Cree que los legisladores estén a la altura?
— Creo que sí, hay legisladores que piensan en el pueblo de México y en la nación, y que van a estar a la altura de las circunstancias; obviamente no todos. Ya sabemos cómo han actuado los del PRI y del PAN en asuntos tan graves como éste; aunque no fue poca cosa el Fobaproa, o mi destitución. Porque hay que aclarar que estamos tratando de darle la vuelta al asunto utilizando eufemismos de que no es privatización, es asociación; que no es privatización, es bursatilización de capital; que no es privatización, sino autonomía de gestión. Nada de eso. Creo que vamos a contar con el apoyo de legisladores, (pero) no es nada más un asunto de legisladores: nosotros vamos a actuar”.
— ¿Cómo sintetiza su proyecto para rescatar la industria petrolera?
— Evitando que la renta petrolera pase a manos de particulares, o que se tenga que compartir con nacionales o extranjeros.
— ¿No hay cabida para eso?
— Nada. Si el petróleo sigue siendo propiedad de la nación, pueden darse las condiciones para que haya una transformación de la vida pública de México. El petróleo puede utilizarse como palanca, porque podemos industrializar a México, bajar el precio de la luz, del gas, de las gasolinas; podemos convertir a México en una potencia energética.
— ¿Hay una mala administración premeditada?
— Sí, son dos cosas. Primero, es una concepción neoliberal, un discurso según el cual la iniciativa privada es la panacea y todo lo que huele a sector público es ineficiencia; pero eso es realmente el discurso. Detrás hay el afán de lucro de un grupo de políticos y empresarios. Decía Brecht que el peor de los ladrones es el político corrupto, lacayo de empresas nacionales y multinacionales; para conocer la realidad de México no hace falta más que esa frase.
— ¿Quiénes entran en ese enunciado?
— La mayoría de la sociedad política mexicana, que desgraciadamente está podrida; por eso hablamos de la transformación de la vida pública desde abajo y con la gente, sin lo cual no vamos a poder sacar adelante al país.
— ¿La defensa de Pemex podría ser un parteaguas?
— Lo de Pemex es algo definitorio en muchos sentidos. Si no se evita su entrega a los particulares, la nación se quedaría sin viabilidad. Dejaríamos sin la posibilidad a México de tener un desarrollo, y a nuestro pueblo sin la posibilidad de alcanzar mejores condiciones de vida y de trabajo.
— ¿Teme alguna agresión en su contra?
— No sé, pero estoy tranquilo; ya estoy acostumbrado a enfrentarlos.
— ¿La gente que visita en las comunidades, qué le dice?
— Que está con nosotros.
— ¿Cuántas comunidades ha visitado para hablarle a la gente del tema? Mucha gente no conoce el potencial de Pemex y simplemente lo conoce como un icono de la corrupción en México.
— Mi gira por el país está enfocada a concientizar, informar, orientar, y estamos organizados ante el bloqueo comunicativo. El principal daño de los medios que queman incienso al régimen es que deforman, no comunican. La gente desconoce muchísimas cosas: todo lo que tienen que ver con los grandes y graves problemas nacionales no se sabe…
— Aunque lo padecen…
— Lo que estamos padeciendo se vivió durante la Revolución Mexicana, cuando se estancó la economía; pero después de la época del general Cárdenas, desde 1934 empieza a haber crecimiento económico. Hasta 1982, durante 50 años teníamos crecimiento económico del 6 por ciento anual. De 1982 a la fecha, 2 por ciento, si descontamos el crecimiento de la población: cero. Veinticinco años de estancamiento económico, y si no hay crecimiento económico no hay empleo.
— ¿La defensa de Pemex podría derivar en una nueva revolución?
— No, porque la gente no quiere la violencia. En el caso que se cometiera el despojo, que significa la privatización, quedaría en el ambiente una sensación de insatisfacción y de farsa. Y sí habría un riesgo de que se agravara la inestabilidad política, porque tampoco hay normalidad política. ¿Qué normalidad política puede haber cuando Calderón va a cualquier parte rodeado de militares o cuando millones de mexicanos saben que hubo fraude? Vamos a seguir actuando con responsabilidad. No queremos sinceramente la violencia; además no nos conviene, no le conviene al pueblo. Eso es más sufrimiento y es darle más elementos a los que dirigen la fuerza bruta para imponerse.
— ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar Calderón?
— Pues tienen que medirle, siempre hay una correlación de fuerzas, tienen que ver cómo manipulan con los medios para que la gente opine que debe privatizarse Pemex. Hasta ahora la mayoría de los mexicanos no quiere la privatización.
— ¿Qué le parecen las medidas de Hugo Chávez en Venezuela?
— Como parte de la guerra sucia se han dedicado a decir que tengo vínculos con Chávez o que me parezco a Chávez. No conozco a Chávez. Cada país tiene su historia y no se pueden extrapolar experiencias. Como Venezuela, nosotros ya sabemos lo que significan las compañías extranjeras. Sabemos que la expropiación se da en una circunstancia muy especial por tres factores: un presidente patriota; un buen presidente en Estados Unidos, y la Segunda Guerra Mundial. Entonces si ya dimos ese paso que es tan complicado, ¿por qué ahora se va a cometer la torpeza de volver a dejar que las compañías extranjeras dominen en el país?
— ¿Qué impacto tienen las campañas del gobierno?
— No han tenido mucho efecto.
— ¿Hay engaño?
— Sí, completamente.
— ¿Cuál?
— Que no va a haber privatización.
— ¿Va a haber privatización?
— Lo van a intentar. Falta que lo permitamos. Hay que ver cuándo presentan la iniciativa y en eso van a actuar los legisladores, y luego tenemos que convocar a la gente a la resistencia civil pacífica. Las medidas se van a ir escalonando de acuerdo con las condiciones que se vayan presentando.
— Si no pasara la reforma, ¿cree que Calderón seguiría sosteniéndose en la Presidencia?
—Sí.
— ¿Aun con todos los compromisos que no pudiera cumplir?
— Sí, porque le va a decir a sus patrones: “no pudimos”. A lo mejor es peor para él si tratan de imponer la privatización, porque no sólo quedaría mal con el pueblo de México, sino que se iría al basurero de la historia como un gran traidor a la patria. Es muy grave lo de la entrega del petróleo.
— ¿Quiénes son los patrones de Calderón?
— Un grupo de traficantes de influencias, nacionales y extranjeros.
— ¿Quiénes?
— Es cosa de ver su vinculación con Roberto Hernández, con otros más de México, y desde luego los vínculos con otras empresas.
— ¿Cuánta gente cree que saldrá a la calle a defender a Pemex?
— El tráfico de influencias de Mouriño, ¿podría ser la piedra en el zapato para el intento de privatizar?
— Sí, por lo menos la empantanará.
— Los directores de Pemex están impunes, ¿de qué nos habla esto?
— Nunca los presidentes de la República han ido a la cárcel. Sigue Romero Deschamps, sigue el viejo régimen y sigue vigente la consigna de que no se puede tocar lo intocable. O sea, sigue imperando la impunidad; y cada vez hay más cinismo, pero no tenemos por qué darnos por vencidos.
— ¿La mafia, a quién se refiere?
— A Calderón, a Mouriño, a todos estos. Actúan como mafia, es una banda, una pandilla de rufianes.
— Hablaba usted de Roberto Hernández, ¿qué otros empresarios están presionando?
— Varios. Todos los que le ayudaron en su campaña (a Calderón), los del Consejo Coordinador Empresarial. Por ejemplo, a José Luis Barraza le entregaron Aeroméxico.
— ¿Cómo se siente?
— Tengo el compromiso de contribuir a la transformación del país. Se equivocan muchos porque piensan que lo que me mueve es la ambición al poder o al dinero; si fuese por eso me hubieran dejado pasar, no me hubiesen cerrado el paso, no nos hubiesen robado la Presidencia; pero no es por eso que estamos en esa lucha. Queremos hacer historia.
— ¿Qué es Pemex para usted?
— Es la principal empresa de los mexicanos, hasta de la gente más humilde; Pemex es de todos, porque la patria es de todos. En todo lo que he dado a conocer he sostenido que nada daña más a México que la deshonestidad de los gobernantes, que eso es lo que ha dado al traste con todo. Ésa es la causa principal de la desigualdad social y económica, y eso es exactamente lo que estamos viendo con Mouriño, la mano derecha de Calderón.
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